Incluso por todo el país se alzaron monumentos-tumbas a modo de trofeo de guerra, donde se enterraban las orejas y narices de las victimas coreanas de la guerra.
De todos estos insólitos monumentos llamados “tumbas de narices” o también “tumbas de orejas”, la más conocida es Mimizuka, la colina de las cuarenta mil narices, situada en Kyoto y en la cual se depositaron unas 40.000 orejas y narices.
Actualmente Mimizuka es casi desconocida por los japoneses, sin embargo para los coreanos todavía está muy presente y es un símbolo de la crueldad mientras que la mayoría de los coreanos son conscientes de ello, el Montículo del oído es un símbolo de la crueldad. Su existencia ha sido convenientemente borrada de los libros de texto escolares y de las guías turísticas de Japón.
Pero lo más sorprendente es que se calcula que éstas 40.000 orejas y narices humanas depositadas como trofeo en Mimizuka eran tan sólo una pequeña parte del total , ya que la gran mayoría de los “trofeos” se pudrieron , sobreviviendo solamente los conservados en barriles de salmuera.
A JAPÓN!
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